ENDOMETRIOSIS: CUANDO EL TEJIDO UTERINO CRECE FUERA DE SU LUGAR
La endometriosis es una enfermedad ginecológica crónica en la que el tejido similar al endometrio —la capa que recubre el interior del útero y que se desprende durante la menstruación— crece en lugares donde no debería, como los ovarios, las trompas de Falopio, el peritoneo o incluso en órganos más alejados como el intestino y la vejiga. Este tejido ectópico responde a las mismas señales hormonales que el endometrio normal, por lo que sangra y se inflama en cada ciclo menstrual, desencadenando dolor y reacciones inflamatorias que pueden afectar gravemente la calidad de vida.
Aunque su causa exacta no se comprende del todo, existen varias teorías que intentan explicarla. La más aceptada es la menstruación retrógrada, en la que parte del flujo menstrual, en lugar de salir del cuerpo, regresa por las trompas hacia la cavidad pélvica, implantando células endometriales en zonas anómalas. Factores genéticos, alteraciones del sistema inmunitario y cambios hormonales también desempeñan un papel en su desarrollo.
El síntoma más característico es el dolor pélvico intenso, que puede comenzar antes de la menstruación y extenderse durante varios días. También es frecuente el dolor durante las relaciones sexuales, molestias al orinar o defecar, sangrados abundantes, ciclos menstruales irregulares y, en algunos casos, infertilidad. La severidad de los síntomas no siempre está relacionada con la extensión de la enfermedad: mujeres con lesiones pequeñas pueden sufrir dolor incapacitante, mientras que otras con afectaciones extensas pueden presentar síntomas mínimos.
A nivel fisiopatológico, cada sangrado del tejido endometrial fuera de lugar provoca irritación, inflamación y formación de tejido cicatricial o adherencias, que pueden unir órganos entre sí y limitar su movilidad. En los ovarios, estos implantes pueden formar quistes llenos de sangre conocidos como endometriomas, que dañan el tejido ovárico sano y reducen la reserva de óvulos.
El diagnóstico definitivo se obtiene mediante laparoscopia, aunque previamente se utilizan estudios como ecografía transvaginal o resonancia magnética para identificar lesiones sospechosas. El tratamiento depende de la edad, la severidad de los síntomas y el deseo de embarazo, e incluye analgésicos, anticonceptivos hormonales, terapia con análogos de la GnRH y, en casos graves, cirugía para extirpar el tejido afectado conservando la mayor cantidad posible de órganos reproductivos.
La endometriosis no solo es una enfermedad física, sino también emocional y social, ya que el dolor crónico, la infertilidad y las limitaciones diarias pueden afectar el bienestar psicológico y las relaciones personales. La detección temprana, el manejo multidisciplinario y el apoyo emocional son esenciales para que las mujeres que la padecen recuperen calidad de vida y enfrenten la enfermedad con mayor fortaleza.


